domingo, 10 de junio de 2007

Señora... o el primer mandamiento no es...

Señora, ¿porqué tengo que amarla si de amor debe usted estar satisfecha?, ¿porqué he de devanarme los sesos pensando cómo he de darle todo si de todo usted debe estar harta? ¿Porqué he de imaginarla mi señora si de imaginación hay demasiado en su diario vivir?

Entienda Ud., señora, que en mi vida no existe el amor, ni tengo de todas las comodidades la más mínima idea. Y la imaginación la tengo atada al trabajo lógico-matemático propio de mi oficio con las computadoras. Esa es mi escena de todos los días y usted la conoció cuando vino a verme.

Fue un gran error pretenderla, señora, y no por cualquier figura puritana que eso pudiera irritar, sino porque carece de lógica y eso corrompe el orden del universo y del tiempo, va contra su Creador.

Ya entendí porqué el primer mandamiento no dijo "amarás a la mujer", ya entendí...

P.D.- Pero seguro mañana estaré escribiéndole o llamándola otra vez. Amor: herejía, error y terquedad existenciales e irremediables. Suena mal, pero sospecho que sin estos errores el universo no caminaría, no estaría yo acá escribiendo ni ustedes ahí leyendo, no habría humanidad.

Lima, Perú, 30 de Marzo de 2007.

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