domingo, 10 de junio de 2007

Paloma color canela...

El otro día, mientras probabas tu laptop color ébano aquí en mi casa, me mirabas de reojo y, digitando una URL, me dijiste con un tono de maestra de primer grado: "esta página la he visto en algún lado..." Y yo sabía, sin mirarte y casi leyéndote la mente, que era la que está en mi sitio web y que tiene tu nombre. Te confieso que tuve algo de vergüenza, pues, jamás te avisé que pondría tu foto ahí. Así que me quedé inmóvil en mi silla giratoria sonriéndome a escondidas mientras intentaba devolverte la mirada de reojo girando muy lentamente...

Te digo que esperaba encontrar tus ojos rabiosos y tu maxilar apretado, como es tu estilo de enojarte, pero no. Por el contrario, tu rostro estaba embelesado mientras contemplabas el océano desde mi ventana y manoseabas extrañamente el vaso de vodka sobre la mesa del computador. Y yo, inmerso en una sorpresa inexplicablemente placentera, sólo atiné a sentirme feliz en ese instante.

Hubo un momento de silencio en el cual pasaron ante mí, como cinta de película que se rebobina, todos nuestros encuentros en este lugar donde vivo y que he apodado "El Palomar". Pero tú seguías con el vaso de vodka en la mano tocándolo con los dedos al compás del jazz que sonaba en la habitación y asentías con el rostro como pensando qué castigo darme...

Yo miraba tu pelo suelto que se perdía al otro lado de tu esbelto cuerpo, pues, me encontraba a tu derecha; y a la izquierda el jazz de la emisora de Yahoo me sugería desplazar mi punto de enfoque en mágicas circunvoluciones siguiendo la ruta de tu pelo negro. Y lo hice hasta llegar, como náufrago sediento, a la playa de tus hombros perfectamente redondeados, brillantes y tapizados inmaculadamente por tu piel color canela.

"Ehm... ehm..., bueno, -me puse de pie- tienes razón, el mundo es bello"...

"Ahh..., ¿Porqué lo dices, Pepe?"

"Nada, es bello no más. Tienes toda la razón. Sabes... me dió hambre, así que voy a comprar un panetón y chocolate de taza al supermercado, ya vuelvo"

Y salí presuroso del lugar, pues, el aire lo sentía casi hirviendo y además embriagante como mágica poción.

Ja, si supieras lo que escribo aquí. Pero sospecho que de algún modo sabes cuál es el proceso que siguen tus recuerdos luego que sales del Palomar, tú, mi Paloma color canela...

Lima, 02 de Mayo de 2007.

No hay comentarios.: